Alex coge su copa. Os toca beber. A ver. Es un beagle. Suena a abogado fiscal. Alex le saca un dedo con gesto de naturalidad. Lo llaman Pez o Pezza. Gracias por participar, pero ha perdido. June examina la lista. Grandes esperanzas.
Es tu instinto natural. Justo ahora tengo que entregar mi columna. Los de J. Crew me hacen arrugas y cosas raras. Y esos no son caquis, sino chinos. Los caquis son para los blancos. Vale, pues muy bien. Espero que hayan tenido un vuelo agradable. Amy asiente con la cabeza. Menea la cabeza en un leve gesto negativo y se apresura a seguirlo. Se acomoda en el asiento trasero mientras Shaan ajusta los espejos. Sus abogados ya han dado el visto bueno. Todos los detalles de la arquitectura interior de las residencias reales, como el palacio de Buckingham, el palacio de Kensington, etc.
Esto parece Espera que no sea la caza de personas. Al cabo de otros quince minutos, seguidos de cerca por el equipo de seguridad, llegan a los establos.
Tampoco es que Henry vaya a lucir un aspecto perfecto tras haber jugado al polo. Decididamente, no se le ve ni sudoroso ni asqueroso. Cuando se desabrocha el casco y se lo quita con una mano enguantada, deja ver un cabello despeinado de un modo muy atractivo que parece totalmente natural.
Te veo muy Le agrada percibir esa pulla en el tono de voz de Henry, quien finalmente ha dejado de fingir. Suelta la mano de Alex cuando ve que vuelve Shaan. Alex se concentra y hace un esfuerzo para no poner los ojos en blanco—. Se trataba de una bonita casa en el valle, dotada de una piscina de agua azul y transparente y de una pared trasera entera de cristal. En la pantalla aparece con el pelo recogido y toqueteando una de las varias docenas de plantas que tiene en la ventana.
Todo parece un museo. O porque es gay. O porque tiene un hijo secreto que es gay. Sea como sea, esto es muy aburrido. Nate Silver no para de llamarme para que escriba otra columna. He comprado cortinas nuevas. Nora suelta una risita. Pisadas de alguien que se acerca. Parece, de manera alarmante, un ser humano. Se queda de piedra cuando descubre a Alex subido a la encimera. Ha enderezado un poco la postura, pero su gesto sigue siendo amodorrado y confuso. Este es el motivo por el que Henry nunca ha tenido nada que despierte su curiosidad—.
Claro que lo piensa. Pero esta no es una de ellas. Antes de salir de la cocina, se detiene un momento en la puerta a reflexionar. Alex se queda de pie en la cocina, a solas, con la caja de Cornettos sudando en la encimera. A su lado va sentado Henry, rodeado por una nube de asistentes y estilistas. Eso es. Ella corresponde con una risita y le da un beso en la mejilla.
Lleva una camisa y un jersey azul por encima, y tiene el pelo suave. Vale, de acuerdo. Henry es irritantemente guapo. Eso siempre ha sido un hecho incontestable. De acuerdo. La gente lo es todo. Sin hacer ruido, se acerca a la silla apoyada contra la pared, junto a la cortina. Claudette emite una risita. Henry sufre un sobresalto y Alex casi se cae de la silla, sorprendido con las manos en la masa. Carraspea y se pone de pie apartando la mirada de Henry intencionadamente.
Henry enarca una ceja, y Alex agrega—: Bueno, impresionado no, solo sorprendido. La primera: alguien grita algo en el otro extremo del pasillo. La segunda: se oye un fuerte estampido que se parece, de forma alarmante, al disparo de un arma de fuego. Alex abriga la esperanza de que sea porque tenga la cara dentro de una bacinilla. Tenemos que dejar de acabar siempre en esta postura. Vas a conseguir que nos maten a los dos.
Pero no hay espacio. Henry deja escapar un suspiro ahogado. Ahora acabas de conseguirlo, ya es oficial. Encerrado en un armario de la limpieza con tu codo metido en mis costillas. Es algo que resulta claramente desconcertante. Su especialidad es interpretar a las personas. Escuchando el ruido de pisadas que se oye al otro lado de la puerta.
Dejando pasar los minutos. Lo creas o no, los hijos de la Corona no solo pasamos la infancia asistiendo a fiestas.
Henry, profundamente contrariado, calla durante unos instantes. No creo que los invitados de la realeza tengan permiso para hacer tal cosa.
Y si he hecho eso, no creo que sea asunto tuyo —contesta Henry con la voz forzada. Henry deja escapar un suspiro. Alex lo mira furioso. Henry calla de nuevo. Yo soy hijo de la primera mujer presidenta. Y no soy blanco como ella, ni siquiera puedo pasar por serlo. Henry guarda silencio durante largos instantes. Y lo siento. Henry mueve la mano, y Alex guarda silencio durante unos instantes.
El funeral fue televisado. Abre la boca y dice: —En fin, me alegra ver que no eres perfecto. De pronto, sin previo aviso, Henry rompe el largo silencio: —El retorno del Jedi. Una pausa. Bah, te equivocas. Huele a menta. Alex reprime el impulso de arrearle otro codazo. El Imperio contraataca. Henry sorbe por la nariz. A los putos Ewoks. Lo deja todo muy bien atado. Alarga un brazo y permite que Cash lo ayude a ponerse de pie. Ya lo resolveremos. Miradas de complicidad.
Debajo hay centenares de comentarios acerca de lo guapos que son y la buena pareja que hacen. Alex suelta una carcajada tan fuerte que casi se cae dentro de una fuente.
Siempre ha sido sumamente indulgente con las travesuras de Alex. Alex se lleva una mano al pecho. Balancea inocentemente el pie por encima del reposabrazos, como si estuviera preguntando algo tan inocuo como el tiempo que va a hacer. Luna se come un Skittle. Connor no se inclina a un lado ni al otro. Puede que busque algo radicalmente distinto en el tema de impuestos. Luna esboza una sonrisilla.
Puede que sea un sitio por el que empezar. Me parece sumamente improbable. Luna vuelve a poner los ojos en blanco. No creas que no me he dado cuenta de que has cambiado de tema. Henry es Cometimos una estupidez. Y tuve que remediarla. Alex hace una mueca. Luna enarca una ceja. Esto es Alex menea la cabeza en un gesto negativo, como los perros, como si quisiera dispersar el tema y expulsarlo. Alex suelta una carcajada. Por eso somos amigos. Tengo a June y a Nora.
Porque la verdad es que tengo trabajo que hacer. Es en gran medida la tesis de lo que ha descubierto hasta el momento. Echo de menos verte la cara». Cabello gris natural, no es peluca. Alex escribe una nota. Hace en el aire el gesto de borrar la cara de presidenta y poner la cara de madre—.
Ellen deja escapar un suspiro y se vuelve hacia Leo. No tienen modales. Parecen animalitos. Por eso dicen que las mujeres no podemos tenerlo todo. Una cosa buena. Venga, seguid. Te toca a ti, Alex. A la gente le resulta enternecedor. Sus ojillos redondos me siguen a todas partes.
Alex suspira. Alex le devuelve una sonrisa. June se interrumpe con la cerveza a medio camino. Alex intercambia una mirada de incredulidad con su hermana—.
Deja su trozo de pizza, a medio comer, encima de una servilleta de papel y selecciona un taco de billar de la fila.
June deja su trozo de pizza. Su madre calla unos instantes y se vuelve para recuperar su trozo de pizza. Voy a camelarme a unos cuantos grupos de sondeo de un modo que te vas a cagar. Cuenta conmigo. Nadie va a dejarme escribir una columna. Yo voy a aceptar. Ellen hace un gesto afirmativo. Como de costumbre, mis obligaciones de Primer Caballero consisten en montar mesas bonitas para los banquetes y estar siempre atractivo.
Me gustaron mucho los salvamanteles de yute. Y con el icono de la caca. Transcurren ocho horas. Ambos comparan sus cuitas respecto de lo que es tener una hermana mayor. Alex la aparta con el codo —. Un momento.
Me quise morir. Era sobre las finanzas de la Casa Real. Alex pone los ojos en blanco y responde: «La ardua tarea de administrar el dinero ensangrentado del Imperio». He intentado rechazar la parte que me corresponde del dinero de la Corona. Alex lee el mensaje dos veces para cerciorarse de haberlo entendido bien. Se queda mirando la pantalla, su propio mensaje, durante varios segundos. De repente se da cuenta de que ha dicho una estupidez. Luego cambia de idea, lo coge de nuevo y lo desbloquea.
Pero vuelve a mirar. Solo es gris exacto. Shaan estuvo a punto de ordenar que trajeran perros a olfatearlo oh, ha merecido la pena. No hay tiempo para llevarlos a otra parte. No me importa. Ella suelta una carcajada. Se sienta en el borde de la cama. Diez largos segundos de nada. Voy a Voy a provocar a uno de ellos para que lance un graznido. El truco consiste en meterse en la mente del pavo.
Hazte amigo suyo Me he quedado sordo. No me creo que hayas cazado pavos en tu vida. Alex regresa a la cama y hunde la cara en la almohada. Les he escrito un mensaje pidiendo refuerzos y me han contestado Alex se lo imagina afirmando solemnemente con la cabeza—. Raptores en mi dormitorio, Henry. No me jodas. Nuestros asesinos se entrenan para ser discretos.
Muy sensual, todo. Ah, buen chico. David te manda saludos. Intentaba dormir. Dios, no dejan de acosarme un neandertal americano depravado y por lo visto un par de pavos.
Henry lanza otro profundo suspiro. Pero no es para nada bochornoso. Hay que tener bajo control a esos poros rebeldes. Cuando el mundo se vuelva desagradable, por ejemplo, cuando te veas envuelto en la Gran Calamidad de los Pavos, puedes poner ese programa en la tele y dejarte llevar hasta el mundo de las galletas. Henry calla unos momentos. Me siento honrado. A ver, le has puesto a tu perro el nombre de David, lo cual resulta bastante aburrido.
Luego, como no consigue frenarlo a tiempo, suelta un enorme bostezo. Vete a la cama. Bueno, pues buenas noches. Buenas noches. Casi resulta raro que ya no le resulte raro. Por fin llega su padre en medio de un revuelo de agentes del Servicio Secreto, con su barba impecablemente recortada y su traje impecablemente hecho a medida.
Huele igual que siempre, a humo de tabaco, a sal y a cuero bien tratado. Acerca una silla a la barandilla y levanta los pies, calzados con unas botas relucientes. Luego le da una calada y se lo pasa a Alex. Es un adicto a la adrenalina: alpinismo, buceo en cuevas, cabrear a su exmujer.
Coquetear con la muerte, principalmente. Su padre fue siempre el cocinero de la familia. Lo cual quiere decir que la cena de Navidad va a tener lugar en Nochebuena para que Zahra no se la pierda. Hasta que sale el tema de las elecciones. Ellen, sentada al otro extremo de la mesa, deja un momento el tenedor. Hacer la carretera, pronunciar unos cuantos discursos, ser tu suplente. Alex mira a June. Su voz se pone tensa al instante—.
Le gustan las familias. Pues comportaos. No es que no sea habitual que pierda los nervios, pero es que Sobre todo porque no suele tratar mucho a su familia. De modo que solo le queda Al fondo le parece estar oyendo cantar a Bing Crosby y Frank Sinatra. Vaya, por eso no tengo amigos. Bueno, voy a En fin No pasa nada. Bea, saluda. Henry lleva puesto un pijama con dibujos de bastones de caramelo Vale, Alex. Te escucho. Pero no lo es. No se percata de que lleva una hora hablando hasta que termina de contarle a Henry lo sucedido en la cena y Henry le contesta: —Por lo que me cuentas, has hecho lo que has podido.
Es que Es June. No tiene ganas de explicarle esto a June—. Feliz Navidad. Lleva puesto su albornoz rosa y trae el pelo mojado de la ducha. Se echa la melena sobre el hombro, y unas gotas de agua salpican a su hermano—. Le montaba broncas a todo el mundo.
June deja escapar un suspiro y le devuelve la patadita. Alex se encoge de hombros. O de lo que uno pueda hacer por ella. Nota un calor inexplicable que le sube por la nuca, como si estuviera traicionando a alguien—. Ah, esto Lo cierto es que te va a parecer raro, pero estaba hablando con Henry.
Acaba aterrizando en el suelo—. Muy sofisticado por tu parte. Nada en absoluto. June y Nora tienen los carrillos llenos de muestras de tartas—. Necesitas amigos. De acuerdo, Henry puede venir. Es un acto reflejo, involuntario—. Lo pregunto por curiosidad. De modo que Henry va a venir. Lo cierto es que, por una vez, tiene cara de haber dormido bien. GalaJovenAmerica», reza el pie de foto. Alex esboza una sonrisa a su pesar y le escribe un mensaje a Henry.
Los invitados comienzan a llegar a eso de las ocho, y empieza a correr el alcohol. Para ponerse en marcha, Alex pide un whisky de nivel medio. Su mirada se topa con un fuerte estallido de color que resulta ser la cazadora de Pez, confeccionada en un tejido de seda muy brillante y con un estampado floral tan recargado que casi tiene que entornar los ojos. Por eso y por el whisky. Henry lleva un sencillo traje azul oscuro, pero ha optado por lucir una corbata estrecha y de un vivo color mostaza cobrizo.
June, Alex, os presento a mi mejor amigo, Percy Okonjo. Ya llevo dos whiskies en el cuerpo. Tienes que beber bastante para alcanzarme. Finaliza el primer asalto y se pierden entre la multitud. Ni siquiera le importa ya tener que levantar la vista para mirarlo. En un momento dado, June llega hasta ellos y se lleva a Henry a la barra. Resulta enternecedor. Tienes que soltarte.
Eso es lo contrario de lo que acabo de decirte. Tienes que entender esta formativa experiencia americana que da paso a la edad adulta. Henry se limita a contemplarlos boquiabierto. Frunce los labios y menea el trasero, y Henry, sumamente turbado, empieza a mover la cabeza. El ambiente es ruidoso, alborotado y genial. Se siente Tropieza con un banco, y el ruido alerta a Henry. Henry entrecierra los ojos. Alex emite una risita y vuelve la vista hacia el cielo. Henry deja escapar un quejido y se pasa una mano por la cara.
A veces resulta Alex no deja de mirarlo. Rozando su hombro con el del Henry, advierte que su boca se agita ligeramente y ve algo que cruza su semblante por un momento.
Alex frunce el entrecejo. Ya he salido dos veces en la portada del Vogue juvenil. Alex deja escapar una risita. Se muerde el labio, deja pasar unos instantes y vuelve a abrir la boca. Alex no puede evitar otra risita. Henry baja la vista hacia Alex.
No es que te falten opciones precisamente. No le importa en absoluto. Lo ha intentado. Estudia todos los proyectos de ley que van pasando por el Congreso y contempla la posibilidad de hacer rondas para convencer a los senadores, pero no logra hallar el entusiasmo necesario para ello. No se lo ha contado a nadie, ni siquiera a Nora ni a June. Lleva puesta la ropa de gimnasia y se ha recogido el pelo en una coleta.
Se vuelve para mirar a June tras captar una sonrisa sospechosa en sus labios. June siempre sabe cosas. Aprieta el paso, aunque solo sea por eliminar de su periferia visual el gesto que tiene su hermana en la boca. Ese es un hecho que siempre lo ha rodeado. No es heterosexual, no lo ha sido nunca, pero para ella eso constituye un elemento secundario de su personalidad.
Ya le resulta bastante carga ser medio mexicano. Pero es pensar en Henry y En cuanto piensa en Henry, se le revoluciona algo en el pecho, como un estiramiento que llevaba demasiado tiempo evitando. Estoy bien. June lanza un suspiro y vuelve a mirar a su hermano antes de dejar el tema. Necesita hacer una lista.
Dos: que quiere besar otra vez a Henry. Tres: que a lo mejor llevaba ya un tiempo deseando besar a Henry. Probablemente todo este tiempo.
Mentalmente tacha otro elemento de la lista. Han Solo. Rafael Luna y sus camisas con el cuello abierto. No quiero esperar a terminar los estudios. Dos veces. Tengo tiempo.
Puedo empezar ya. Ella lo mira con los ojos entornados. Estoy preparado. Solo me queda menos de un semestre. Ponme a trabajar.
Que es siempre. Esto le suele funcionar. Nada de esto le resulta satisfactorio, nunca se lo ha resultado en realidad; pero es que antes tampoco importaba tanto como ahora: ahora existe un marcado contrapunto representado por Henry, que lo conoce de verdad. Se inclina hacia delante para sacar un burrito de la bolsa, desgarra el envoltorio y se lo mete en la boca. Yo te he visto beberte de golpe un bote de salsa barbacoa. No es que pretenda ligar con Henry. En absoluto. Alex suelta una risa forzada.
Esta pregunta hace que Nora frene en seco. Bueno, pues Alex se la queda mirando. Alex endereza la espalda de manera tan brusca que casi se le cae el burrito al suelo.
Lo ha sido siempre. Pues es gay. Alex levanta las manos en un gesto de impotencia. Pero espera un momento. Con mucho gusto. Es de los que las matan a la chita callando. Alex casi se atraganta con su propia lengua. Nora lo mira. Nora deja el burrito en la mesa de centro y se sacude los dedos igual que cuando se dispone a teclear una clave complicada.
No me interrumpas. Alex la mira fijamente. Nora lo mira bruscamente. Perdona, veo que no. De eso se trata. Necesito que alguien me lo diga. No fue algo muy profundo. Nadie va a basarse en ello para escribir un drama de teatro.
Alex deja escapar un suspiro. A Alex se le ha hecho tarde, otra vez. Es jueves, y tiene que mover el culo directamente del trabajo al aula, y el examen es el martes que viene, y va a suspenderlo porque va a perderse el repaso. La verdad, va a tener que dejar de estudiar asignaturas que tengan tanto que ver con lo que ocurre en su vida.
Sinceramente, va enfadado, enfadado por todo, y en ese estado de malhumor invasivo y sin rumbo sube la escalera que lleva a los dormitorios del Ala Este y del Ala Oeste. Traes una cara horrible. Ve la pila de revistas que tiene su hermana sobre las rodillas: son las publicaciones sensacionalistas de esta semana, y al instante decide que no le apetece saber lo que dicen, pero June le lanza una. Ah, y tu mejor amigo sale en la treinta y una.
Ya que la tiene, decide echarle un vistazo. Arroja la revista al suelo, se pone de pie y empieza a pasear arriba y abajo. Maldito Henry.
Aspira una bocanada de aire y vuelve a expulsarla. Funciona deprisa y en muchas direcciones a un mismo tiempo. Suelta una leve risa sin querer, luego va hasta la cama y se sienta en el borde, a pensar. Henry queda descartado.
De modo que solo queda una persona. Emite un carraspeo. Hola, Liam. Soy Alex. Al fondo se oye a unas personas hablando en voz baja, ruido de platos. Estoy almorzando con mi novio. Acto seguido el ruido queda amortiguado, y cuando Liam vuelve a hablar, es para dirigirse a otra persona: —Es Alex. SEIS Henry no va a poder evitarlo eternamente.
Inglaterra cuenta con un primer ministro relativamente nuevo, y Ellen desea conocerlo. Nora esboza una sonrisita, pero no dice nada, va a guardar el secreto. En ese momento aparece Henry en escena, por la derecha. Lleva un traje negro, recto, elegante. Camina con paso indeciso, como si estuviera pensando en salir huyendo. Es genial ver que no te has muerto, ni nada parecido.
A Henry lo sientan con el primer ministro. Alex toma asiento y mastica la comida como si esta le hubiera causado una ofensa personal al tiempo que observa con furia contenida a Henry, que se encuentra en el otro extremo de la sala. Ella lo mira de soslayo. Necesito tu ayuda. No es nada de eso. Amy parpadea. Da media vuelta y se va caminando despacio hasta el arreglo ornamental de chocolates, donde, al parecer, Nora ha conducido a Henry con la promesa de ofrecerle unos profiteroles.
Alex se planta entre ambos. Henry se queda boquiabierto—. Lamento interrumpir, pero es que tengo un Duda unos momentos. Amy abre la puerta justo lo suficiente para que pasen, y Alex tira de Henry y se lo lleva consigo a la Sala Roja.
En la corbata de Henry que lleva enroscada en la mano. Y durante unos instantes de horror Alex piensa que tal vez lo haya calculado todo mal, pero entonces Henry lo besa a su vez, y eso lo dice todo. Se aparta un momento para mirar a Alex con los ojos brillantes y la boca enrojecida. Ir antes a cenar, o Alex tiene ganas de matarlo. Me refiero a que Simplemente he pensado que Esa otra cosa es un fuego abrasador que lo enloquece, que lo ilumina desde dentro.
Henry responde en la misma medida: enrosca una pierna en torno a la espalda de Alex para afianzarse, y su delicada sensibilidad de miembro de la realeza desaparece en la forma en que muerden sus dientes. Ambos se quedan paralizados, y Alex vuelve a apoyar los pies en el suelo.
Se agacha y procura no caerse de bruces al recoger el candelabro del suelo y colocarlo de nuevo encima de la mesa. Henry, con los ojos muy abiertos, manotea con los faldones de la camisa y empieza a tararear en voz baja el Dios salve a la reina. Alex hace un esfuerzo consciente para no mirar. Henry reprime un sonido que intenta salir de su boca y contesta con voz ronca: —Perfectamente. Ahora se peina el pelo con las manos. Pero no pasa nada. Dios, si alguno de los fantasmas de los Padres Fundadores anda merodeando esta noche por la Casa Blanca, debe de estar sufriendo una barbaridad.
Tiene diagramas. Puede hacerlo. La verdad es que desea mucho hacerlo. De eso no le cabe la menor duda. Henry, el chico que va a estar en su cama. Nada de nada. De pronto se oye que llaman a la puerta. Abre la puerta. Permanece unos instantes de pie y expulsa el aire muy despacio, sin apartar la mirada de Henry. Alex se muerde el labio. Me parece que se llamaba Amy. Alex dibuja una sonrisa. La sonrisa de Henry abarca todo el rostro. Henry cierra la puerta y echa el pestillo. Henry lo mira a su vez, expectante, hambriento.
Has estado saliendo con una chica. De modo que me deseas. Algo hay en ellos dos, en la manera en que se calientan a diferentes temperaturas. Se frota contra la entrepierna de Henry y deja escapar un gemido al notarlo ya medio excitado. Henry responde con una palabrota que se pierde dentro de la boca de Alex.
Henry se derrite al sentir su contacto, lo abraza por la cintura y lo inmoviliza. Alex no va a irse a ninguna parte. Quiero tenerte en la cama. Alex lanza un bufido de impaciencia. Pero le da igual. No me lo puedo creer Eres exasperante, eres el peor Eres un bocazas.
Es que no quiero que suceda antes de que me dejes verte desnudo. Alex se lo quita. Se le ocurre hacer un comentario sobre el narcisismo, pero en vez de eso Agarra a Alex y lo aprieta contra su pecho, como si quisiera tocarle todo el cuerpo a la vez. Dios salve a la Reina. Es Henry, que sube hasta las almohadas para hundir el rostro en el hueco de su cuello. Henry rueda a un costado y queda tumbado de espaldas. Yo me he lo he pasado bien.
En fin, que no cambia nada entre nosotros. Henry se tapa los ojos con una mano. Alex observa su media sonrisa, las leves arrugas que se le forman alrededor de los ojos, y tiene que hacer un verdadero esfuerzo para no besarla.
A no ser que quieras que los guardaespaldas cierren la Residencia y vengan a sacarte por la fuerza de mis aposentos. Henry emite una tos y se pasa una mano por el pelo. No van a pasar la noche haciendo la cucharita, despertar el uno en los brazos del otro y desayunar juntos. Es en Greenwich, Connecticut. Necesito despejar mi agenda para este fin de semana. Sus partidos de lacrosse en el instituto no lo prepararon para esta clase de eventos deportivos.
Ver a Henry a caballo no es nada nuevo. Ya lo ha visto. Lo peor de todo es que Henry es muy bueno. El sudor de la frente de Henry goteando sobre su cuello En fin, justamente todo eso. Amy pone un gesto serio.
Apenas le da tiempo de frenar para no chocar de cabeza contra Henry, que ha aparecido en persona por el recodo de los establos. Este deporte es una caricatura.
A las tres. Cuando acudan a la prensa, va a parecer un verdadero Apolo en las fotos. Esto es el cuarto de aperos. Es un buen beso, macizo y ardiente.
Ni siquiera soporto mirarte. No, a ver, lo que he querido decir es que Alex quiere morirse—. Cuando levanta la vista, ve a Henry sonrojado y extasiado, con la boca entreabierta.
No, si puedo evitarlo. Eso es faltar al respeto a la Corona. He mandado a hombres a las mazmorras por menos que eso. Alex se vuelve y echa a andar hacia el coche levantando las manos en el aire. Alex, Primer Hijo de tu antigua colonia Re: Paris? Vas a tener que buscarte a otro al que asaltar dentro de un guardarropa. En ocasiones. No es precisamente mi especialidad. Intentaremos salir de Alemania. Se le olvida que no deben pasar la noche juntos. De modo que eso es lo que hacen.
Pero en este momento todo resulta un tanto confuso. Hay que reconocer que Henry sabe manejar bien su marca personal. Y Alex empieza a obsesionarse con esa idea. Decide no darle demasiadas vueltas al asunto. Merengue que acaba untado en la boca de Alex, en el pecho de Henry, en el cuello de Alex, entre las caderas de Henry.
Pero bueno, no pasa nada. La cosa no es tan grave. Me importa un comino lo que diga Joanne. Sencillamente, esa no es la verdad.
Cuando se para a pensar en las manos de Henry, en sus nudillos cuadrados y sus elegantes dedos, se maravilla de que no se hubiera fijado antes. Alex se queda petrificado. A Zahra no le gusta que le digan que se tranquilice.
Y dicho esto vuelve a sus notas con total profesionalidad, como si no acabara de amenazarlo. La verdad es que Alex nunca ha tenido que saludar al llamar a Henry. Yo tengo dos. Con un guion en medio, como el tuyo. De modo que mi nombre completo es Duele amar capitulo On Monday, November 16, , Canal de las Estrellas started broadcasting Mar de amor weekdays at pm, replacing Mi pecado.
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Autore a s: Diana Palmer. Recent Posts. Download PDF. Download Millions Of Videos Online. Telenovela Zeynep Capitulos Completos. Capitulos Completos. Entre el amor y el odio - Capitulo C El amor no conoce el odio.
Entre el amor y el odio - novelas Mostrando De a de Episodios. S1 E El amor y el odio, dos de las emociones mas profundas que alguien puede experimentar. Publicado en 18 agosto, a las pm. Entre el amor y el deseo Capitulo 1 - Duration: Descubre todo sobre los actores de la serie y las novedades de la temporada. De Wikipedia, la enciclopedia libre. Entre el amor y el odio. Episodio Derechos Televisa S. Capitulo Elisa y Marcos encaran el futuro con optimismo y posibilidades.
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